Encuentro entre cooperativas: sabernos parte de un modo de hacer

Allí intercambiamos sobre nuestras prácticas bajo el formato cooperativo, las dificultades y potencialidades en la toma de decisiones en colectivo y en la gestión de cada proyecto. Pusimos en común las diferentes formas de organizar y remunerar el trabajo, en una apuesta por lograr formas más equitativas en la distribución y remuneración de las labores. Reflexionamos sobre cómo se relacionan y valoran las tareas del “trabajo concreto”, las de gestión, administración y también las militantes. Cada colectivo, según su escala y su forma de funcionar, resuelve estas cuestiones de diferentes maneras.

Dialogamos sobre la importancia de colectivizar la información, buscando que todos y todas las integrantes del grupo se sientan parte y tengan mejores elementos para tomar las decisiones. En pos de obtener mayor autonomía, el conocimiento técnico tiene que estar a disposición del colectivo. Muchas veces la información y gestión económica de las cooperativas se delega en terceros. Pero estas tareas tienen también un contenido político; hacen a conocer parte de la realidad de la cooperativa. Comprenderlas y participar en ellas es también parte del quehacer cooperativo.

La autogestión como proceso de construcción continua nos permite repensar el trabajo y la reproducción de la vida, e ir encontrando otros modos, no hegemónicos, que contemplen los ciclos de vida y los diferentes procesos y deseos de las/os integrantes de la cooperativa. Y también de las personas y colectivos con los que trabajamos, porque no se trata sólo de ofrecer un servicio o producto sino de ensayar nuevas formas de entender y aportar nuestro trabajo y de tejer con otras/os.

El encuentro nos permitió reafirmar que es posible apostar por formas más horizontales y democráticas de organizar el trabajo y por relaciones más humanas y afectuosas; tanto a la interna de la cooperativa como con quienes nos vinculamos hacia afuera. Nos da fuerza sabernos parte de este modo de hacer.